No al bilingüismo impuesto: desprecia nuestra lengua y nos humilla a todos.

No al bilingüismo impuesto por las Comunidades de Castilla-La Mancha y Madrid, que desprecia nuestra lengua y nos humilla a todos. Por Sol Burgos Berzosa, Javier Barrio González y Pablo Fuentes Botella.  

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Estas dos comunidades con su medida de extender y normalizar el llamado bilingüismo en las enseñanzas primaria y secundaria está negando el legítimo derecho de nuestros hijos a que estudien en nuestro idioma, el español. Y son absolutamente responsables de la mayor humillación y el mayor desprecio jamás conocido hacia nuestro idioma y hacia nuestra cultura. Los alumnos que no pertenecen a la llamada sección bilingüe están siendo víctimas de una vergonzosa segregación donde, además, no es posible ni integración alguna ni atención personalizada.

Los padres que residimos en Boadilla del Monte, población perteneciente a la Comunidad de Madrid, no tenemos derecho a que, en la enseñanza pública, nuestros hijos estudien todas las asignaturas de la educación secundaria en español. Los dos institutos públicos de la localidad donde residimos son ya bilingües. Lo que está sucediendo en Boadilla es una muestra de una tragedia que se extiende por toda la Comunidad de Madrid y también por las de Castilla-La Mancha. Pero la peor tragedia, la que nos está hundiendo irremediablemente, es que nosotros como pueblo, no es que no estemos haciendo nada por defender nuestra lengua, es que ni siquiera advirtamos la gravedad de lo que está ocurriendo ni sus consecuencias. ¿No es verdaderamente vergonzoso que los niños y jóvenes estudien nuestros ríos, nuestras cordilleras, nuestros grandes artistas y los hechos que han conformado nuestra historia en inglés?

En los institutos bilingües existen, supuestamente, dos alternativas. Una, “la sección bilingüe”, donde al menos un tercio de las asignaturas, incluyendo la tutoría, se ha de impartir obligatoriamente en una lengua extranjera (siendo esta el inglés en la gran mayoría de centros); pero que, dependiendo del centro, se puede llegar a impartir hasta la totalidad de las asignaturas en dicha lengua extranjera, con la excepción de las matemáticas, la lengua española y una segunda lengua extranjera como pudiera ser el francés (que ya sería grotesco en extremo que, tanto la lengua española como el francés, se tuvieran que explicar en inglés). Y, la segunda alternativa, que en realidad no lo es en absoluto, es el “programa bilingüe”, en el que, no habiendo obligación de impartir ninguna asignatura en ninguna lengua extranjera -con la excepción de los idiomas, como es obvio- se acaban enseñando algunas asignaturas en ella; asignaturas como música, educación plástica y visual, tecnología o educación física… justificando por parte de la inspección educativa, sin el menor conocimiento y rigor, que en ellas más que explicar “se señalan instrucciones y pautas”.

¿Y por qué decimos que no es ninguna alternativa a la “sección bilingüe” el “programa bilingüe”? Porque a los pocos años –dos, tres a lo sumo- estos grupos del “programa bilingüe” acaban convirtiéndose en verdaderos guetos, salvo algún caso y momento muy excepcional. Nos explicamos: en estos grupos van recalando los alumnos que no pueden con la “sección bilingüe”. Es decir, que suspenden en ella bien porque no estudien, bien porque se les haga muy difícil estudiar en dicha lengua extranjera, bien porque sean alumnos de integración, de educación compensatoria o que presenten dificultades de aprendizaje en un amplio repertorio y con todos los matices que podamos advertir, requiriendo de necesidades educativas especiales: alumnos con dislexia, problemas de atención, autismo, síndrome de asperger, ausencia de la disciplina necesaria para afrontar con éxito toda disciplina académica… O bien porque muestren comportamientos complejos y difíciles que perturben el clima de trabajo, silencio y atención tan imprescindibles siempre en el aula. ¿Y qué padre, preocupado de verdad por la educación de su hijo, aun pretendiendo que éste estudie en español, con todo el sentido común y todo el peso de la tradición absolutamente a su favor, va a acceder a llevarle a un aula del programa bilingüe en estas complejísimas circunstancias? Si su hijo no tuviera dificultades podría prepararse, si no está en la sección bilingüe, los exámenes pertinentes para acceder a ella con el único objetivo de salvarse del programa bilingüe; pero, si de verdad presentase dificultades, la cruel realidad es que no tiene escapatoria, que su hijo está condenado a sufrir una discriminación y un abandono absolutamente contrarios a la integración de la que tanto presume nuestro sistema educativo desde la LOGSE. Si alguien fuera escéptico con esto que decimos no tendría más que dirigirse a aquellos profesores que han impartido clase en estos grupos del “programa bilingüe” y preguntarles por su experiencia. Este despropósito de las aulas-gueto del programa bilingüe se extiende, en otras localidades y barrios donde hay más problemas sociales que en Boadilla del Monte, a que institutos enteros conformen ellos mismos en su totalidad un gigantesco gueto, al ser los únicos que imparten sus clases en nuestra lengua (como ha sido así desde que se institucionalizó la enseñanza) entre los demás de la zona donde el inglés ha usurpado la legitimidad al español.

Pero siendo preocupante todo esto, la cuestión de fondo lo es infinitamente más. ¿Cómo es posible que esté ocurriendo esta infamia aquí y ahora, en el año 2016? ¿Cómo puede ser tan descomunal nuestro papanatismo, tan venenoso nuestro complejo de inferioridad, y tan ruin nuestro desprecio por nosotros mismos? ¿Cómo es posible que consintamos que nuestros niños y jóvenes estudien entre otras disciplinas nuestra historia y nuestra geografía en un idioma extranjero? ¿Por qué no queremos ver que este bilingüismo no se da en ningún otro lugar más que aquí? ¿Qué pensaríamos si en París, si en Berlín, si en Roma, si en Moscú, si en Londres, si en Kioto, si en Bogotá, si en El Cairo, si en Otawa… se indujera a los alumnos a tener que estudiar obligatoriamente su historia y su geografía y gran parte de sus asignaturas en otro idioma que no fuera el suyo? Nos parecería ridículo y les despreciaríamos por ello. Pues eso mismo es lo que está ocurriendo. ¿Es que acaso somos ya un estado más de los EEUU o una colonia del imperio anglosajón? Es más que probable que, si no nos negamos con toda nuestra determinación, lo que fatalmente está aconteciendo en las comunidades de Castilla-La Mancha y Madrid se vaya extendiendo por el resto de España.

De los cinco colegios públicos de Boadilla del Monte tan sólo queda uno que no ha sucumbido al llamado bilingüismo; que todavía no, por motivos absolutamente arbitrarios: por casualidad, por asuntos coyunturales, porque todavía no les ha llegado el momento… Porque lo que sí sabemos es que de un año para otro podría ser declarado bilingüe sin mayor problema.

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De este modo están convirtiendo nuestros colegios e institutos en academias de inglés. El llamado bilingüismo es un fraude, una añagaza que lo único que consigue es empobrecer el estudio de cualquier asignatura. Porque por mucho que estudien inglés, los profesores no son verdaderamente bilingües, y por tanto, lo mejor de ellos mismos no lo pueden entregar a sus alumnos hablándoles en inglés. Y porque, con las gratificaciones retributivas a los profesores bilingües, por un lado; y, por otro, que obtengan preferentemente plaza definitiva sobre otros profesores que acumulan más experiencia, se constata, sin lugar a dudas, que la administración lo que verdaderamente valora son los conocimientos de inglés del profesorado en detrimento de lo esencial: su preparación para impartir las diferentes asignaturas. Los alumnos aprenden más inglés a cambio de no aprender cuanto podrían y debieran de todo lo demás. No es de ningún modo una enseñanza bilingüe cuando nuestra lengua materna está siendo arrinconada sin ningún pudor. Cualquiera que lo dude que se acerque a los profesores para que les hablen en confianza de esto. Pareciera que hemos olvidado que, precisamente hoy en día para quien así lo desee, existen innumerables métodos, programas, viajes, posibilidades, academias y escuelas de idiomas para aprender inglés. Pero hemos creído que tenemos que pagar el precio de aniquilarnos para no perder el tren del progreso, cuando es en nuestra ceguera donde nos vamos a perder definitivamente; alejados de nuestra identidad estamos castigados a no encontrarnos jamás.

Así pues los niños y jóvenes de las comunidades de Castilla-La Mancha y Madrid están siendo privados de un derecho tan fundamental y tan elemental como el de estudiar, tanto en la escuela primaria como en secundaria, en nuestro idioma, el español. Este derecho está recogido en la Constitución Española, en la Constitución Europea, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el Manifiesto de Lisboa y en las leyes educativas como la LODE y la LOMCE. Una consecuencia inmediata de este abandono de nuestra lengua es que los alumnos que han cursado «la sección bilingüe» han dejado de aprender en español el vocabulario propio de la geografía, la historia, la biología, la geología, y todas las disciplinas impartidas en inglés. Y no solo eso, sino que su expresión en nuestro idioma carece de discurso y de estilo propio; aparece fragmentada, infectada de calcos e interferencias de todo tipo: gramaticales, ortográficas, léxicas… Estamos siendo testigos de un empobrecimiento sin precedentes de la expresión oral y escrita en nuestros jóvenes, anticipo seguro de una destrucción irreversible de nuestra cultura que ya se veía venir tiempo atrás. Por eso escasea cada vez más el amor por la propia historia y la propia cultura. Esta ignorancia nos condena a meros imitadores e incondicionales de la moda que se nos impone: un indigno vasallaje cultural que da la medida de nuestras «élites» y de la estulticia de quienes reciben con alborozo su propia destrucción. Nuestra lengua nos vincula a nuestra identidad, a nuestra historia, a la memoria de nuestros antepasados, a nuestras raíces, a nuestra cultura; y, en consecuencia, nos solicita entregar nuestro inmenso y magnífico legado a las generaciones que nos suceden. Pero si desertamos de nosotros mismos, de nuestra responsabilidad, de lo que nos nutre y nos da sentido, ¿dónde nos vamos a reconocer?, ¿hacia qué abismo nos precipitaremos?, ¿con qué voz va a resonar el pensamiento y la sensibilidad de nuestros hijos si les hemos descuidado y vetado la fuente primera, su lengua materna? Un pueblo que reniega de sí mismo, que corta sus propias raíces está gravemente enfermo; irremediablemente yaceremos moribundos.

Nuestra defensa de la lengua española no es ni partidista ni ideológica, no arremetemos contra el PP para defender a otro partido; diríamos exactamente lo mismo si quien hubiera impuesto esta barbarie fuera cualquier otro partido. Porque nuestras lenguas, el español y todas las hermosas y fecundas lenguas que pueblan nuestra nación, no pertenecen ni a ningún partido ni a ninguna ideología, forman parte del extraordinario patrimonio de todos los españoles. Tampoco arremetemos contra las lenguas extranjeras, ni exhortamos a nadie a que no las aprenda; al contrario, facilitemos siempre su estudio y aprendizaje a todos. Pero jamás cercenando la nuestra. Cada idioma es un tesoro inmenso, una manera única e irrepetible de mirar, interpretar y expresar la existencia y la vida. Pero solo cuidando nuestra voz podemos valorar y aprender las demás.

Muchas son las críticas que llegan a nuestros oídos sobre esta fatal imposición de este mal llamado bilingüismo; pero, finalmente, callando, acurrucándonos en el silencio, consentimos entre todos esta gravísima humillación. Así pasamos a ser colaboracionistas de esta barbarie y responsables de nuestro sometimiento; con él nos erigimos en nuestros propios verdugos. Ya sabemos que muchos nos tacharán de exagerados o exaltados, pero nosotros les decimos sin vacilación que son ellos, con su complacencia y obediencia, los exagerados y exaltados al ser parte de la destrucción nuestra lengua y nuestra cultura. Por eso clamamos que basta ya de tanta indignidad, que esta no es más que otra de las evidencias de la ruina moral en la que nos hallamos. Pareciera una pesadilla esta soga que nos hemos colocado alrededor del cuello, pero no, es desgarradoramente real. No podemos dejar de sorprendernos de que esto esté verdaderamente ocurriendo, de que tengamos que denunciar tan siniestro derrotero.

Por todas estas razones solicitamos a las Consejerías ejecutoras de este bilingüismo que preserven, que velen y que cuiden, con todas las garantías, que nuestros niños y jóvenes puedan estudiar todas las asignaturas en español en los centros educativos públicos; respetando que, en todos los municipios donde su número de habitantes permita que existan centros educativos, haya centros de primaria y centros de secundaria suficientemente cercanos donde se impartan todas las clases exclusivamente en español (con excepción de los idiomas, obviamente). Y que si ha de haber centros bilingües, que siempre sean estos la excepción, y jamás al contrario, que es hacia donde tristemente se nos ha ido abocando. Y si en una localidad solo hubiera un centro de primaria o de secundaria que nunca fuera ese un centro bilingüe, pues es infinitamente más legítimo nuestro derecho a estudiar en nuestro idioma que en otro extranjero.

¿Que pensarían todos nuestros abuelos, si supieran de esta blasfemia? Ni ellos ni nuestros hijos se la merecen. Nos debemos tanto a nuestros antepasados como a nuestros hijos. Por eso aliento a todos los españoles a que alcemos nuestra voz para que no consintamos tan tremenda ofensa, para que cuidemos todas nuestras preciadas y hermosísimas lenguas -hay espacio para todas ellas-, para que cultivemos con agradecimiento, entusiasmo y devoción la lengua de Cervantes. Seamos nosotros mismos el mejor monumento a Cervantes: defendamos como quijotes la verdad y la belleza de nuestra lengua hasta nuestro último aliento.

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8 comentarios en “No al bilingüismo impuesto: desprecia nuestra lengua y nos humilla a todos.

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  2. Estoy de acuerdo con algunas cosas de las que se dicen, pero soy profesora y es falso que el profesor bilingüe obtenga preferentemente la plaza frente a otro no bilingüe. Es.mas, este año ha cambiado la baremación y.cualquiera que.tenga cursos se iguala rapidamente con el profesor que tenga un.C1 de ingles. Y al revés, al profesor con.un C1 ya le valen de poco los cursos porque van en el mismo apartado del baremo con una pubtuacion maxima.

    • Sabes de sobra que un profesor habilitado obtiene preferentemente plazas en centros que al convertirse en bilingües desplazan a sus profesores a otros centros, pese a ser estos los que tienen allí ganada su plaza. Lo que es una clara injusticia, en un sistema de concursos en el que se valora la experiencia y la formación. Un profesor de historia, por ejemplo, o de plástica, puede salir desplazado por no estar habilitado en inglés, a pesar de haber obtenido todos los puntos requeridos para ocupar esa plaza y es sustituido por profesores con menos experiencia por el mero hecho de estar habilitados en inglés.

  3. Muchas gracias por sus acertadas palabras. Añado que he observado con tristeza que la Comunidad de Madrid ha subido el mínimo para formar grupos de latín -de humanidades- de 5 a 15, de manera que hoy muchos alumnos que eligieron la rama de humanidades en Madrid no pueden estudiarla debido a lo que son unos recortes disfrazados. Al menos 30 grupos han sido afectados por esta medida, ya que ya se había anunciado este número como vacantes para interinos que después no fueron asignadas. Esto podrían ser al menos alrededor de 300 alumnos o muchos más, pero es imposible saberlo, porque la Comunidad de Madrid no ha publicado los efectos de la medida, al menos que yo sepa. Son recortes puros y duros en servicios públicos. Mientras tanto se contrata profesores para enseñar «filosofía» en inglés, y cosas parecidas, que no son más que la enseñanza de ámbitos de léxico en lengua inglesa, léxico que en castellano ya nunca dominarán.

  4. Yo he enviado a mis hijos a colegios e institutos bilingües, precisamente en Boadilla del Monte y estoy absolutamente encantada con los resultados. Los dos mayores han accedido al mercado laboral con muchísima rapidez entre otras cosas por su nivel de inglés, y su cultura general -aun dejando mucho que desear según mi criterio- no es inferior a la de otros jovenes educados en escuelas tradicionales. Siento un profundo agradecimiento al profesorado tanto del colegio José Bergamin como del instituto Máximo Trueba, que han mostrado en todo momento su profesionalidad y valía humana

  5. Yo creo que esta queja, siendo legítima, ya que todo el mundo tiene derecho a defender el pan de sus hijos, realmente no va a ninguna parte. ¿Que los profesores sin habilitacion en una lengua extranjera están en desventaja con respecto a lo que sí lo están? Obviamente. Igual que, para optar a cualquier puesto, los que tienen estudios específicos tienen ventaja sobre los que no. Los nuevos profesores que están en formación tienen muy claro que las lenguas es algo que van a necesitar. El problema es qué hacemos con los profesores antiguos. Yo creo que sería más sincero y productivo que hablásemos de cómo se va a hacer la transición al modelo bilingüe generalizado al que vamos (no nos engañemos pensando que vamos a otra cosa) y qué reconversión vamos a hacer con el profesorado no bilingüe. Apelar a cierto romanticismo esencialista basado en la lengua es algo que ningún padre va a suscribir. Los padres quieren segundas lenguas para sus hijos, no para sustituir a su lengua materna sino para darles una herramienta más en un mundo en el que el inglés es una lengua global, nos guste eso o no. ¿Que se podría hacer mejor? Sin duda, sí. ¿Que quizá se esté vendiendo humo desde las consejerías de educación? Pues también, pero eso solo indica que el modelo es perfectible, no invalida el modelo ni lo desjustifica. Yo creo que buscar un modelo bilingüe generalizado y de calidad es pertinente y está justificado y pienso que los padres también, en su mayoría, son de esta idea.

    En resumen, sinceridad y hablemos de lo que tenemos que hablar: calidad del programa y reconversión del profesorado a la nueva situación.

    • Ningún país del mundo está aplicando un modelo bilingüe semejante al de la Comunidad de Madrid. Es un experimento que ya está demostrando que los alumnos sin terminar de aprender inglés desconocen más los términos de su propia lengua específicos de esas disciplinas que se imparten en inglés. Solo Malta tiene un sistema semejante con el inglés, país con un pasado colonial. Cualquier experto en lenguas sabe que sin inmersión lingüística no hay bilingüismo. Y, por último, que los padres lo demanden no es un argumento para que el sistema demuestre ser eficaz.

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